Alquilar un coche con conductor es una experiencia que deberíamos probar, por lo menos, una vez en la vida.
Por norma general, solo se recurre a la contratación del alquiler de coches con conductor para un evento importante, ya sea laboral o familiar; laboral podría ser el traslado de clientes y ejecutivos a un congreso o conferencia, o la recogida en el aeropuerto para conducir a un cliente hasta el hotel donde se aloja, una fiesta de despedida de un empleado por motivo de su jubilación... familiar sería el alquiler de un coche de lujo con conductor para la celebración de una boda, una despedida de soltero o soltera, un aniversario, un cumpleaños etc
Pero, rara vez, se recurre al alquiler de coches con conductor para hacer turismo en una gran ciudad, como podría ser el caso de Madrid o Zaragoza o Barcelona.
Y, créanme, no hay nada más relajado y cómodo que dejarte llevar, sin calcular rutas, ni tráfico, ni buscar un lugar donde aparcar; todo ese tiempo que perdemos en estos asuntos, lo emplearemos mejor en disfrutar de esos días de vacaciones, visitando los lugares emblemáticos, degustando los platos típicos en los restaurantes más populares y aclamados, saliendo de noche a tomar unas copas en zonas conocidas de ocio nocturno, o acudiendo al teatro... Solo nos ocuparemos de organizar nuestro tiempo para las diversas actividades y visitas que deseemos hacer, sin el estrés de conducir por una gran ciudad y sabiendo que siempre tenemos el coche con el conductor a nuestra entera disposición.
Así que ya es hora de abandonar esa antigua idea o pensamiento sobre que el alquiler de vehículos con conductor es un servicio solo apto para personas adineradas, artistas, actrices y actores, altos ejecutivos, directores de compañías, personas de la nobleza... el alquiler de un coche con chófer es apto para todos los públicos.
De hecho, podemos contactar con una empresa que se dedique al alquiler de vehículos con conductor y pedir presupuesto. Solo se trata de echar cuentas y comparar entre alquilar un coche con conductor o sin él, y comprobar que nos trae más ventajas o beneficios de un servicio frente al otro.
Comodidad, confort, tranquilidad, despreocupación, frente a estrés al circular por una gran ciudad, dificultad para acceder a las direcciones o sitios que pretendemos visitar, imposibilidad de dar con un aparcamiento y tener que pagar un costoso parking, como es habitual en las grandes urbes, sobre todo en la zona centro.
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